VI. Melany Scott
El verano paso extremadamente rápido, y bueno, es rápido
cuando estas con la persona que quieres y en mi caso, me la pase todo el verano
con Joshua, mi novio, 1 año de relación y todo este año he sido muy feliz, como
nunca lo había sido. Nos hicimos novios en la escuela, cuando yo tenía 15 años,
fue un poco apresurado pero fui feliz, ese año que duramos juntos fue
espectacular hasta que un día todo simplemente se acabó.
-Levántate Melany, no quieras hacerte la vaga- Me dice mi madre con su tono de enojo matutino –En eso estoy ma- le contesto algo somnolienta –No sirven para nada- Escucho decir a mi madre quien está refunfuñando por miles de cosas que ya dejo de escucharla en un momento y entro al baño a ducharme, me alisto rápidamente, la ropa nunca ha sido mi fuerte, me pongo unos leggins negros, un buso largo color plata, y unas bailarinas plateadas –No alcance a preparar desayuno, cómprate algo afuera, chao- dice mi madre y prácticamente me saca de la casa.
Llego al colegio y Joshua está esperándome en la puerta del
salón, sonrió ampliamente y corro hacia los brazos de él, mi lugar más seguro,
mi refugio, mi zona para llorar, reír, dormir y fantasear -¿Cómo estas
princesa?- Me pregunta correspondiendo mi abrazo –Muy bien, amor ¿Y tú?- me separo
de él y lo beso tiernamente –Ahora estoy mejor- responde sonriendo –Bueno Meny,
me tengo que ir a mi salón- Se despide de mí y veo como su silueta desaparece
entre la multitud de estudiantes en busca de sus salones. Entro al salón y voy
directamente a mi puesto al lado de mi mejor amiga, Emily quien siempre me ha
escuchado y atendido cuando estoy muy triste, la conozco desde que tengo
memoria porque vive a pocas cuadras de mi casa, últimamente parece que tiene un
novio así que prefiere que no vayamos juntas al colegio y yo respeto eso –Meny,
hoy no puedo ir a comer Creppes contigo, voy a salir- Me dice un poco triste y
yo me conduelo –No te preocupes Emi, te iba a decir lo mismo- miento y saco mi
celular -¿Te vas a ver con Joshua?- Me pregunta con una mirada de picardía –No,
hoy él tiene que ir a verse con su hermana en un restaurante o un café- Le
respondo sonriendo –Ahh… ¿Por qué no vas con él?- Me refuta –No quiero invadir
su privacidad mucho menos con su hermana- contesto y miro mi celular apagado
–Te lo van a quitar si sigues así- concluye y me deja esa última oración en mi
cabeza durante todas las clases y sólo por hoy, perdón Joshua pero hoy te
seguiré.
Ya que Emi no puede acompañarme no me moleste en comentarle mi plan, espero no se sienta mal por no decírselo. Una compañera de clases llamada Sara decide acompañarme y seguimos a Joshua sigilosamente, me siento muy psicópata, celosa, demente –Yo creo que mejor regresemos, no quiero que Joshua se dé cuenta- Sugiero con mucho miedo –No seas tonta Melany, este tipo tiene gato encerrado – Comenta muy segura de sí misma y mi miedo aumenta, si Joshua hace algo malo, lo perdonare, no quiero verlo, quiero irme, quiero irme, quiero irme –Vamos- Me ordena Sara, la sigo mientras pienso que debería estar en casa comiendo o algo así.
Seguimos caminando y siento que no tiene lógica seguir en esto, ha pasado una hora y el sólo habla por teléfono, imagino que está cuadrando un lugar para verse con su hermana hasta que entra a Café Bulls y se sienta. Pasa media hora y decido irme –Sara, nos vemos luego. Me canse y no he almorzado, Joshua no hará nada malo, confió en él, el me ama- Digo suspirando y Sara se enoja un poco, me volteo para caminar hacia mi casa y un jalón en mi brazo me detiene, es Sara, enojada me volteo para verla pero quedo totalmente fría al ver la escena que presenciaban mis ojos que inmediatamente se llenaron de lágrimas, Joshua besando a Emily.
Las lágrimas no cesaban y sólo recordaba todas las palabras de cariño que Joshua y Emily me habían brindado desde que los conozco, todas las risas, las lágrimas, los momentos que pasamos juntos… Todo fue un engaño, ellos jugaron conmigo pero yo no les hice daño, yo siempre me preocupe por ellos, siempre quise que ellos fueran felices ¿Por qué me hacen esto? Mi shock dura aproximadamente 10 minutos hasta que me levanto y salgo a correr hacia Café Bulls, con las lágrimas en mis ojos me paro justamente al frente de la mesa 8, la cara de Emily y Joshua es desconcertante, sus ojos me penetran de asombro, la culpa la puedo ver hasta en el sudor que sale de Emily, podrían pasar milenios y yo nunca podre perdonarlos –Melany, no es lo que parece- Salen esas tan usadas palabras y creo que no puedo soportar más -¿Entonces qué es?- Pregunto furiosa y sin pensarlo dos veces, le aviento el vaso de agua en la cara a Joshua -¿Acaso estaban platicando lo estúpida que me veo cuando confío en ustedes?- Estoy armando un show en ese bar pero es lo que menos me importa, nunca me había visto involucrada en algo así, suelo ser más callada pero en esta ocasión me canse de que me pisoteen. Joshua se levanta e intenta abrazarme pero no se lo permito – ¡Suéltame!- grito como si quisieran violarme y Joshua tiene que acceder a mi petición –Eres un asqueroso, tú también Emily, yo confié en ti, pensé que éramos amigas- Me siento ahogada por el llanto y jadeo fuertemente –Meny, yo te lo quería explicar- Dice Emily llorando –No me digas Meny, no los quiero ver- Tapo mi cara con mis dos manos cubriendo mi nariz, sin tapar mis ojos –Me voy, que aprovechen su comida- les digo y tiro los platos, Joshua intenta seguirme pero Sara no lo deja. Emily logra alcanzarme y toma mi mano –Melany, lo siento mucho, queríamos decírtelo, no sé cómo paso, solo nos enamoramos- Toma un respiro –No me odies por favor, no podemos pelear por un hombre, nos conocemos desde pequeñas, sabes que somos mejores amigas, esto fue un error- Sigue excusándose y quiero dejar de oírla –Callate Emily, no quiero escuchar tu voz, no quiero ver tu cara, tampoco quiero que sigas siendo mi amiga. Tantos años de amistad los echaste a la basura, nunca podre perdonarte por esto, no ahora.- Con esas palabras dejo claro lo que quiero, Sara llega y grita a Emily, toma mi mano y me saca de ese sitio, no recuerdo que más paso ese día.
Ya que Emi no puede acompañarme no me moleste en comentarle mi plan, espero no se sienta mal por no decírselo. Una compañera de clases llamada Sara decide acompañarme y seguimos a Joshua sigilosamente, me siento muy psicópata, celosa, demente –Yo creo que mejor regresemos, no quiero que Joshua se dé cuenta- Sugiero con mucho miedo –No seas tonta Melany, este tipo tiene gato encerrado – Comenta muy segura de sí misma y mi miedo aumenta, si Joshua hace algo malo, lo perdonare, no quiero verlo, quiero irme, quiero irme, quiero irme –Vamos- Me ordena Sara, la sigo mientras pienso que debería estar en casa comiendo o algo así.
Seguimos caminando y siento que no tiene lógica seguir en esto, ha pasado una hora y el sólo habla por teléfono, imagino que está cuadrando un lugar para verse con su hermana hasta que entra a Café Bulls y se sienta. Pasa media hora y decido irme –Sara, nos vemos luego. Me canse y no he almorzado, Joshua no hará nada malo, confió en él, el me ama- Digo suspirando y Sara se enoja un poco, me volteo para caminar hacia mi casa y un jalón en mi brazo me detiene, es Sara, enojada me volteo para verla pero quedo totalmente fría al ver la escena que presenciaban mis ojos que inmediatamente se llenaron de lágrimas, Joshua besando a Emily.
Las lágrimas no cesaban y sólo recordaba todas las palabras de cariño que Joshua y Emily me habían brindado desde que los conozco, todas las risas, las lágrimas, los momentos que pasamos juntos… Todo fue un engaño, ellos jugaron conmigo pero yo no les hice daño, yo siempre me preocupe por ellos, siempre quise que ellos fueran felices ¿Por qué me hacen esto? Mi shock dura aproximadamente 10 minutos hasta que me levanto y salgo a correr hacia Café Bulls, con las lágrimas en mis ojos me paro justamente al frente de la mesa 8, la cara de Emily y Joshua es desconcertante, sus ojos me penetran de asombro, la culpa la puedo ver hasta en el sudor que sale de Emily, podrían pasar milenios y yo nunca podre perdonarlos –Melany, no es lo que parece- Salen esas tan usadas palabras y creo que no puedo soportar más -¿Entonces qué es?- Pregunto furiosa y sin pensarlo dos veces, le aviento el vaso de agua en la cara a Joshua -¿Acaso estaban platicando lo estúpida que me veo cuando confío en ustedes?- Estoy armando un show en ese bar pero es lo que menos me importa, nunca me había visto involucrada en algo así, suelo ser más callada pero en esta ocasión me canse de que me pisoteen. Joshua se levanta e intenta abrazarme pero no se lo permito – ¡Suéltame!- grito como si quisieran violarme y Joshua tiene que acceder a mi petición –Eres un asqueroso, tú también Emily, yo confié en ti, pensé que éramos amigas- Me siento ahogada por el llanto y jadeo fuertemente –Meny, yo te lo quería explicar- Dice Emily llorando –No me digas Meny, no los quiero ver- Tapo mi cara con mis dos manos cubriendo mi nariz, sin tapar mis ojos –Me voy, que aprovechen su comida- les digo y tiro los platos, Joshua intenta seguirme pero Sara no lo deja. Emily logra alcanzarme y toma mi mano –Melany, lo siento mucho, queríamos decírtelo, no sé cómo paso, solo nos enamoramos- Toma un respiro –No me odies por favor, no podemos pelear por un hombre, nos conocemos desde pequeñas, sabes que somos mejores amigas, esto fue un error- Sigue excusándose y quiero dejar de oírla –Callate Emily, no quiero escuchar tu voz, no quiero ver tu cara, tampoco quiero que sigas siendo mi amiga. Tantos años de amistad los echaste a la basura, nunca podre perdonarte por esto, no ahora.- Con esas palabras dejo claro lo que quiero, Sara llega y grita a Emily, toma mi mano y me saca de ese sitio, no recuerdo que más paso ese día.
La depresión se apodero de mi los próximos 5 meses, no
salía, no iba al colegio, no veía televisión, solo comía, dormía y me duchaba
cuando lo sentía necesario.
Mi padre se preocupaba cada vez que me iba a visitar así que decidió llevarme con él a la ciudad en la que vivía.
Mi padre se preocupaba cada vez que me iba a visitar así que decidió llevarme con él a la ciudad en la que vivía.
Al ver el esfuerzo de mi papá, prometí ir a un instituto
comenzando el año nuevamente (Perdí un año escolar). Mi padre me daba todo lo
que yo quería, me volví un poco insegura, antisocial, solitaria y tenía que ir
a un psicólogo dos días a la semana, en teoría mi vida no tenía sentido, había
sido muy pequeña para tal situación. A pesar de que mi padre me daba todo lo
que quería, decidí que quería trabajar para despejar mi mente, conseguí un
trabajo de medio tiempo en un local de joyas gracias a las influencias de mi
padre, todo el tiempo llegaba gente muy refinada y algunas mujeres antipáticas
o algunas muy jóvenes acompañadas de feos y obesos esposos. Nada interesante
ocurría pero me podía reír de vez en cuando con algunos clientes y sus historias
de amor que tocaban la herida.
-Otro emocionante día de trabajo- digo con sarcasmo para mí misma, recibo el turno, me siento y miro a la nada, de repente la campana de que un cliente llega, suena y miro hacia la puerta, un adulto de aproximadamente 30 años de edad entra al local, un hombre alto, cabello claro, ojos color aceituna, barba bien arreglada, traje de gala, una sonrisa muy picara y una nariz muy delgada – Buenas tardes ¿Lo puedo ayudar en algo?- Lo miro fijamente –Hola- Responde –Bueno Melany, veras- Me sorprendo al saber que sabe mi nombre -¿Cómo sabe mi nombre? ¿Nos conocemos?- Le pregunto intrigada –Lo dice tu camisa- Me responde mientras ríe a carcajadas, me sonrojo y volteo mi cara para huir de su mirada –Soy Richard McLull- Se presenta y su nombre suena tan bien cuando él lo dice –Estoy buscando algo que deje aquí para que me le agregaran unas letras que faltaron cuando lo compre, aquí tengo el recibo- Me da el recibo y enseguida lo busco, es un relicario muy hermoso que tiene tallado “Mi primer amor”, los recuerdos me vienen a la mente y no puedo evitar que las lágrimas salgan de mis ojos –Lo siento mucho, no quise incomodarlo. Es muy bello este relicario- Se lo doy y siento nublado todo, de la nada ya estoy en el suelo al igual que el relicario, ahogándome un poco, Richard abre la puerta de cristal, rompiéndola hacia donde yo estoy, me toma en sus brazos y con una bolsa de papel, me hace respirar en ella y luego de unos minutos siento calma -¿Te pasa frecuentemente?- Me pregunta algo preocupado –Pocas veces. Lo siento mucho, no era mi intención incomodarlo- Le digo un poco sonrojada y me retiro de sus brazos –Muchas gracias- Le agradezco y él sonríe –No digas eso, me preocupa que una señorita tan linda esté en peligro de esa manera, me pone inquieto- Suspira y esas palabras me llegan como agua a sediento –Gra… Gracias- Respondo sutilmente, lo ayudo a levantar y siento que me gusta.
Desde ese día, empecé a salir con él, incluso ignorando el hecho de que él tenía un anillo. Sus visitas inesperadas me alegraban el día, su humor me alegraba la vida, sus ánimos me ayudaban a seguir en la escuela, las noches que pasábamos juntos en ese nuevo edificio donde él trabajaba o mejor dicho, que el lideraba por así decirlo, esas noches eran mágicas, sentir el olor a cigarro fino cada vez que terminábamos de hacer el amor me hacía sentir segura con el pero muy en el fondo yo sólo era una mujer insegura en busca de amor.
Muy en el fondo sólo soy una mujer triste, miserable y no muy diferente a Emily. Sólo soy una mujer que quiere que la amen. Soy una mujer en busca de caricias, no importa si no son sinceras. Soy una mujer que no necesita verdades para ser feliz, solo mentiras para sobrevivir.
Mujeres no me juzguen, todas queremos ocupar un espacio en el corazón de alguien. Así sea mentira, esto me hace miserablemente feliz.
-Otro emocionante día de trabajo- digo con sarcasmo para mí misma, recibo el turno, me siento y miro a la nada, de repente la campana de que un cliente llega, suena y miro hacia la puerta, un adulto de aproximadamente 30 años de edad entra al local, un hombre alto, cabello claro, ojos color aceituna, barba bien arreglada, traje de gala, una sonrisa muy picara y una nariz muy delgada – Buenas tardes ¿Lo puedo ayudar en algo?- Lo miro fijamente –Hola- Responde –Bueno Melany, veras- Me sorprendo al saber que sabe mi nombre -¿Cómo sabe mi nombre? ¿Nos conocemos?- Le pregunto intrigada –Lo dice tu camisa- Me responde mientras ríe a carcajadas, me sonrojo y volteo mi cara para huir de su mirada –Soy Richard McLull- Se presenta y su nombre suena tan bien cuando él lo dice –Estoy buscando algo que deje aquí para que me le agregaran unas letras que faltaron cuando lo compre, aquí tengo el recibo- Me da el recibo y enseguida lo busco, es un relicario muy hermoso que tiene tallado “Mi primer amor”, los recuerdos me vienen a la mente y no puedo evitar que las lágrimas salgan de mis ojos –Lo siento mucho, no quise incomodarlo. Es muy bello este relicario- Se lo doy y siento nublado todo, de la nada ya estoy en el suelo al igual que el relicario, ahogándome un poco, Richard abre la puerta de cristal, rompiéndola hacia donde yo estoy, me toma en sus brazos y con una bolsa de papel, me hace respirar en ella y luego de unos minutos siento calma -¿Te pasa frecuentemente?- Me pregunta algo preocupado –Pocas veces. Lo siento mucho, no era mi intención incomodarlo- Le digo un poco sonrojada y me retiro de sus brazos –Muchas gracias- Le agradezco y él sonríe –No digas eso, me preocupa que una señorita tan linda esté en peligro de esa manera, me pone inquieto- Suspira y esas palabras me llegan como agua a sediento –Gra… Gracias- Respondo sutilmente, lo ayudo a levantar y siento que me gusta.
Desde ese día, empecé a salir con él, incluso ignorando el hecho de que él tenía un anillo. Sus visitas inesperadas me alegraban el día, su humor me alegraba la vida, sus ánimos me ayudaban a seguir en la escuela, las noches que pasábamos juntos en ese nuevo edificio donde él trabajaba o mejor dicho, que el lideraba por así decirlo, esas noches eran mágicas, sentir el olor a cigarro fino cada vez que terminábamos de hacer el amor me hacía sentir segura con el pero muy en el fondo yo sólo era una mujer insegura en busca de amor.
Muy en el fondo sólo soy una mujer triste, miserable y no muy diferente a Emily. Sólo soy una mujer que quiere que la amen. Soy una mujer en busca de caricias, no importa si no son sinceras. Soy una mujer que no necesita verdades para ser feliz, solo mentiras para sobrevivir.
Mujeres no me juzguen, todas queremos ocupar un espacio en el corazón de alguien. Así sea mentira, esto me hace miserablemente feliz.