viernes, 24 de julio de 2015

VI Melany Scott.

VI. Melany Scott

El verano paso extremadamente rápido, y bueno, es rápido cuando estas con la persona que quieres y en mi caso, me la pase todo el verano con Joshua, mi novio, 1 año de relación y todo este año he sido muy feliz, como nunca lo había sido. Nos hicimos novios en la escuela, cuando yo tenía 15 años, fue un poco apresurado pero fui feliz, ese año que duramos juntos fue espectacular hasta que un día todo simplemente se acabó.

-Levántate Melany, no quieras hacerte la vaga- Me dice mi madre con su tono de enojo matutino –En eso estoy ma- le contesto algo somnolienta –No sirven para nada- Escucho decir a mi madre quien está refunfuñando por miles de cosas que ya dejo de escucharla en un momento y entro al baño a ducharme, me alisto rápidamente, la ropa nunca ha sido mi fuerte, me pongo unos leggins negros, un buso largo color plata, y unas bailarinas plateadas –No alcance a preparar desayuno, cómprate algo afuera, chao- dice mi madre y prácticamente me saca de la casa.
Llego al colegio y Joshua está esperándome en la puerta del salón, sonrió ampliamente y corro hacia los brazos de él, mi lugar más seguro, mi refugio, mi zona para llorar, reír, dormir y fantasear -¿Cómo estas princesa?- Me pregunta correspondiendo mi abrazo –Muy bien, amor ¿Y tú?- me separo de él y lo beso tiernamente –Ahora estoy mejor- responde sonriendo –Bueno Meny, me tengo que ir a mi salón- Se despide de mí y veo como su silueta desaparece entre la multitud de estudiantes en busca de sus salones. Entro al salón y voy directamente a mi puesto al lado de mi mejor amiga, Emily quien siempre me ha escuchado y atendido cuando estoy muy triste, la conozco desde que tengo memoria porque vive a pocas cuadras de mi casa, últimamente parece que tiene un novio así que prefiere que no vayamos juntas al colegio y yo respeto eso –Meny, hoy no puedo ir a comer Creppes contigo, voy a salir- Me dice un poco triste y yo me conduelo –No te preocupes Emi, te iba a decir lo mismo- miento y saco mi celular -¿Te vas a ver con Joshua?- Me pregunta con una mirada de picardía –No, hoy él tiene que ir a verse con su hermana en un restaurante o un café- Le respondo sonriendo –Ahh… ¿Por qué no vas con él?- Me refuta –No quiero invadir su privacidad mucho menos con su hermana- contesto y miro mi celular apagado –Te lo van a quitar si sigues así- concluye y me deja esa última oración en mi cabeza durante todas las clases y sólo por hoy, perdón Joshua pero hoy te seguiré.  
Ya que Emi no puede acompañarme no me moleste en comentarle mi plan, espero no se sienta mal por no decírselo. Una compañera de clases llamada Sara decide acompañarme y seguimos a Joshua sigilosamente, me siento muy psicópata, celosa, demente –Yo creo que mejor regresemos, no quiero que Joshua se dé cuenta- Sugiero con mucho miedo –No seas tonta Melany, este tipo tiene gato encerrado – Comenta muy segura de sí misma y mi miedo aumenta, si Joshua hace algo malo, lo perdonare, no quiero verlo, quiero irme, quiero irme, quiero irme –Vamos- Me ordena Sara, la sigo mientras pienso que debería estar en casa comiendo o algo así.
Seguimos caminando y siento que no tiene lógica seguir en esto, ha pasado una hora y el sólo habla por teléfono, imagino que está cuadrando un lugar para verse con su hermana hasta que entra a Café Bulls y se sienta. Pasa media hora y decido irme –Sara, nos vemos luego. Me canse y no he almorzado, Joshua no hará nada malo, confió en él, el me ama-  Digo suspirando y Sara se enoja un poco, me volteo para caminar hacia mi casa y un jalón en mi brazo me detiene, es Sara, enojada me volteo para verla pero quedo totalmente fría al ver la escena que presenciaban mis ojos que inmediatamente se llenaron de lágrimas, Joshua besando a Emily.
Las lágrimas no cesaban y sólo recordaba todas las palabras de cariño que Joshua y Emily me habían brindado desde que los conozco, todas las risas, las lágrimas, los momentos que pasamos juntos… Todo fue un engaño, ellos jugaron conmigo pero yo no les hice daño, yo siempre me preocupe por ellos, siempre quise que ellos fueran felices ¿Por qué me hacen esto? Mi shock dura aproximadamente 10 minutos hasta que me levanto y salgo a correr hacia Café Bulls, con las lágrimas en mis ojos me paro justamente al frente de la mesa 8, la cara de Emily y Joshua es desconcertante, sus ojos me penetran de asombro, la culpa la puedo ver hasta en el sudor que sale de Emily, podrían pasar milenios y yo nunca podre perdonarlos –Melany, no es lo que parece- Salen esas tan usadas palabras y creo que no puedo soportar más -¿Entonces qué es?- Pregunto furiosa y sin pensarlo dos veces, le aviento el vaso de agua en la cara a Joshua -¿Acaso estaban platicando lo estúpida que me veo cuando confío en ustedes?- Estoy armando un show en ese bar pero es lo que menos me importa, nunca me había visto involucrada en algo así, suelo ser más callada pero en esta ocasión me canse de que me pisoteen. Joshua se levanta e intenta abrazarme pero no se lo permito – ¡Suéltame!- grito como si quisieran violarme y Joshua tiene que acceder a mi petición –Eres un asqueroso, tú también Emily, yo confié en ti, pensé que éramos amigas- Me siento ahogada por el llanto y jadeo fuertemente –Meny, yo te lo quería explicar- Dice Emily llorando –No me digas Meny, no los quiero ver- Tapo mi cara con mis dos manos cubriendo mi nariz, sin tapar mis ojos –Me voy, que aprovechen su comida- les digo y tiro los platos, Joshua intenta seguirme pero Sara no lo deja. Emily logra alcanzarme y toma mi mano –Melany, lo siento mucho, queríamos decírtelo, no sé cómo paso, solo nos enamoramos- Toma un respiro –No me odies por favor, no podemos pelear por un hombre, nos conocemos desde pequeñas, sabes que somos mejores amigas, esto fue un error- Sigue excusándose y quiero dejar de oírla –Callate Emily, no quiero escuchar tu voz, no quiero ver tu cara, tampoco quiero que sigas siendo mi amiga. Tantos años de amistad los echaste a la basura, nunca podre perdonarte por esto, no ahora.- Con esas palabras dejo claro lo que quiero, Sara llega y grita a Emily, toma mi mano y me saca de ese sitio, no recuerdo que más paso ese día.  
La depresión se apodero de mi los próximos 5 meses, no salía, no iba al colegio, no veía televisión, solo comía, dormía y me duchaba cuando lo sentía necesario.
Mi padre se preocupaba cada vez que me iba a visitar así que decidió llevarme con él a la ciudad en la que vivía.

Al ver el esfuerzo de mi papá, prometí ir a un instituto comenzando el año nuevamente (Perdí un año escolar). Mi padre me daba todo lo que yo quería, me volví un poco insegura, antisocial, solitaria y tenía que ir a un psicólogo dos días a la semana, en teoría mi vida no tenía sentido, había sido muy pequeña para tal situación. A pesar de que mi padre me daba todo lo que quería, decidí que quería trabajar para despejar mi mente, conseguí un trabajo de medio tiempo en un local de joyas gracias a las influencias de mi padre, todo el tiempo llegaba gente muy refinada y algunas mujeres antipáticas o algunas muy jóvenes acompañadas de feos y obesos esposos. Nada interesante ocurría pero me podía reír de vez en cuando con algunos clientes y sus historias de amor que tocaban la herida.

-Otro emocionante día de trabajo- digo con sarcasmo para mí misma,  recibo el turno, me siento y miro a la nada, de repente la campana de que un cliente llega, suena y miro hacia la puerta, un adulto de aproximadamente 30 años de edad entra al local, un hombre alto, cabello claro, ojos color aceituna, barba bien arreglada, traje de gala, una sonrisa muy picara y una nariz muy delgada – Buenas tardes ¿Lo puedo ayudar en algo?- Lo miro fijamente –Hola- Responde –Bueno Melany, veras- Me sorprendo al saber que sabe mi nombre -¿Cómo sabe mi nombre? ¿Nos conocemos?- Le pregunto intrigada –Lo dice tu camisa- Me responde mientras ríe a carcajadas, me sonrojo y volteo mi cara para huir de su mirada –Soy Richard McLull- Se presenta y su nombre suena tan bien cuando él lo dice –Estoy buscando algo que deje aquí para que me le agregaran unas letras que faltaron cuando lo compre, aquí tengo el recibo- Me da el recibo y enseguida lo busco, es un relicario muy hermoso que tiene tallado “Mi primer amor”, los recuerdos me vienen a la mente y no puedo evitar que las lágrimas salgan de mis ojos –Lo siento mucho, no quise incomodarlo. Es muy bello este relicario- Se lo doy y siento nublado todo, de la nada ya estoy en el suelo  al igual que el relicario, ahogándome un poco, Richard abre la puerta de cristal, rompiéndola hacia donde yo estoy, me toma en sus brazos y con una bolsa de papel, me hace respirar en ella y luego de unos minutos siento calma -¿Te pasa frecuentemente?- Me pregunta algo preocupado –Pocas veces. Lo siento mucho, no era mi intención incomodarlo- Le digo un poco sonrojada y me retiro de sus brazos –Muchas gracias- Le agradezco y él sonríe –No digas eso, me preocupa que una señorita tan linda esté en peligro de esa manera, me pone inquieto- Suspira y esas palabras me llegan como agua a sediento –Gra… Gracias- Respondo sutilmente, lo ayudo a levantar y siento que me gusta.
Desde ese día, empecé a salir con él, incluso ignorando el hecho de que él tenía un anillo. Sus visitas inesperadas me alegraban el día, su humor me alegraba la vida, sus ánimos me ayudaban a seguir en la escuela, las noches que pasábamos juntos en ese nuevo edificio donde él trabajaba o mejor dicho, que el lideraba por así decirlo, esas noches eran mágicas, sentir el olor a cigarro fino cada vez que terminábamos de hacer el amor me hacía sentir segura con el pero muy en el fondo yo sólo era una mujer insegura en busca de amor.
Muy en el fondo sólo soy una mujer triste, miserable y no muy diferente a Emily. Sólo soy una mujer que quiere que la amen. Soy una mujer en busca de caricias, no importa si no son sinceras. Soy una mujer que no necesita verdades para ser feliz, solo mentiras para sobrevivir.      
Mujeres no me juzguen, todas queremos ocupar un espacio en el corazón de alguien. Así sea mentira, esto me hace miserablemente feliz.

viernes, 17 de julio de 2015

V. Hamilwer Food

V. Hamilwer Food

Las clases pasan bastante rápido y eso para mi es un alivio ya que me aburren demasiado pero agradezco el hecho de que ya tenga compañeras de clase aunque no dejen de hablar de sus novios y salidas, creo que no encajare en este grupo si no digo mentiras. El timbre suena, todos salen como animales del salón y Kim se para en la puerta haciéndome una seña con la mano para que las alcance, agarro mi morral y me doy algunas zancadas para alcanzarlas. Kim me echa un vistazo sin disimular – Eres realmente linda, debes tener un novio muy guapo eh?- Dice sin ningún pelo en la lengua, la miro y me pongo algo nerviosa –Pues…- Sonrió y miro a Kim –Gracias por lo de linda- Respondo rápidamente para evadir el tema –También eres muy linda Kim, tu novio debe ser muy afortunado- le pregunto y su ego sube consideradamente –Así es, mi novio es universitario, no soy de salir con niños- Se limpia la garganta –No entiendo a las chicas que salen con niños, acaso quieren limpiarles su trasero?- se ríe y mira a las otras chicas buscando la aprobación con las risas de ellas quienes también ríen -¿Cuántos años tiene tu novio?- le pregunto con curiosidad –Tiene 24- Suspira con alivio y algo de felicidad –El novio más adulto lo tiene Melany, su novio tiene 35 años ¿No es sorprendente?- Me pregunta sonriendo, y me doy cuenta de lo linda que es, nunca podría ser como ella, es alta, delgada, tiene su cabello largo, rojizo y lo lleva con algunos crespos al finalizar las puntas, es blanca, su cara tiene finos rasgos adornados de unas pecas muy hermosas y como no ver los ojos grandes, verdes aceituna. –Lo es- Respondo rápidamente y miro a Melany quien sonríe de igual manera que Kim, Melany es de estatura promedio, cabello largo y negro, ojos color miel, piel palida, delgada y tiene una de las sonrisas más bonitas que he visto. Kim me mira –Luego esta Sophie, el novio de ella tiene 26 años- Sophie sonríe ampliamente, Sophie es de piel bronceada, su cabello es largo y rubio, sus ojos son verdes, su contextura delgada, su boca es pequeña y sus labios gruesos –Es cierto, su nombre es Jake, estudió Publicidad en la Universidad Cherriest Phils, la mejor universidad de este sitio- Dice Sophie, muy orgullosa como si esos logros fueran de ella, supongo que asi se siente cuando amas a alguien, sus logros se vuelven los tuyos, Kim vuelve a tomar las riendas de la conversación – Y tu novio cuantos años tiene?- Pregunta bruscamente, miro al suelo y me pongo muy nerviosa, sin darme cuenta ya estamos en la salida del colegio, Cristopher está ahí, hablando con el profesor de Sociales, los dos tienen un cigarro en sus manos -¿Isa? Vamos, no seas penosa - Dice Kim y no sé qué responder – ¡Testaruda!- me sorprende Matt tapando mis ojos y poniendo el celular en mis manos junto a lo que parecen unos dulces redondos y otros amorfos, son pequeños – ¿Matt?- Pregunto algo confundida y sonrojada –Adivinaste ¿Qué debería darte de premio?- Dice, me suelta y miro rápidamente el contenido de mis manos y luego me giro para quedar frente a el –Gracias por venir pero pudiste esperar en mi casa- Le digo y guardo los dulces en mi bolso junto al celular. -¿Él es tu novio?- pregunta Kim con la boca abierta – ¿Ah?- Murmura Matt, luego me mira y sonrie –Así es, somos novios- Responde y me da un abrazo –Whoaoo, en realidad hacen una muy linda pareja- Grita Sophie y Melany sonríe -¿Cierto?- Dice Matt sonriendo, lo golpeo con el codo algo molesta pero a la vez aliviada porque no hay mejor salvación que esta, de hecho me servirá mucho, Sophie, Kim y Matt empiezan a hablar, Melany se acerca a mi y empezamos una conversación bastante amena.


Despues de varios minutos hablando, un carro se estaciona frente al colegio, Melany le dedica una mirada. Un señor que se ve de unos 28 años, se baja del auto y saluda hacia donde estamos nosotros, Melany va hacia donde está el y lo saluda con un beso muy tierno para luego mirarnos -¿Vamos?- Nos dice sonriendo –Isabelle y yo iremos en un taxi para que no vayan muy apretados por ahí- Responde Matt, se acerca a mí y toma mi mano, Kim y Sophie parecen muy felices y corren hacia el carro, antes de subirse Kim le dedica una mirada a Cristopher -¿No quieren venir Profes?- Pregunta abiertamente como si no estuviera hablando con sus superiores pero yo no soy nadie para juzgar esas cosas, no ahora. Cristopher sonríe tranquilamente y responde –No chicas, parece que todas van con sus novios- Resalta la palabra novios y siento que debo explicar todo lo que esta pasando tanto a Matt como a Cris – ¡Esta bien Profesor, nos vemos mañana!- Grita Kim y el carro se aleja lo suficiente.

Matt y yo llegamos a Hamilwer food, un lugar grande y lleno de mesas bastante coloridas, en el fondo suena una canción muy pegajosa –Amo este lugar- dice Matt sonriendo y toma mi mano, me sonrojo y le envió un texto a mi madre avisando que llegare tarde.



Pasamos toda la tarde en ese lugar, todos hablamos con todos, los novios de Sophie, Kim y Melany son muy lindos y divertidos, me agradan bastante sin dejar atrás a Matt. El novio de Melany sale de Hamilwer a contestar una llamada. Mi celular suena, contesto rápidamente ya que es Mommie –Hola má, Si, todo es muy divertido, no te preocupes, pronto estaré allá- Termino de hablar con ella y miro a Matt –Debo irme- Digo algo triste y recojo mi bolso –Que se diviertan chicos- Me despido y Matt toma mi mano –Vamos- dice sonriendo, caminamos haciendo bromas entre nosotros dos –Que afortunada eres de tener un novio como yo- Matt se rie, frunzo el ceño –Nunca tendría un novio como tú, no me gustas- me rio y suelto su mano para luego correr hacia la puerta mientras sigo riendo y el corre detrás mío para ¿Atraparme?, la situación me causa ternura y diversión. Abro la puerta de Hamilwer, miro hacia atrás, sigo corriendo hasta chocar fuertemente con alguien, caigo al suelo del impacto –Perdón- Musito y miro hacia al frente, es el novio de Melany –Descuida, Isa- me brinda la mano, me levanto muy avergonzada echándole la culpa a Matt, veo un objeto en el suelo y lo recojo para dárselo al novio de Melany, me quedo helada al ver que es un anillo de compromiso –Isabelle…- Murmura muy apenado –No le digas a las chicas- Me dice suplicando -¿Melany lo sabe?- Interrumpe Matt ya que yo no puedo hablar ¿Cristopher tendrá novia? ¿Tendra esposa? ¡Algun hijo!... No creo, no puedo poner paranoia en mis pensamientos –Si, Melany lo sabe pero sus amigas no. No le vayan a decir por favor- vuelve a suplicarnos, no puedo verlo a los ojos, sólo quiero que quite ese anillo de mi mano –No diremos nada- le digo secamente, pongo el anillo en su mano –Nos vemos luego, vuelve a salir con nosotros- le propongo y le dedico una sonrisa –Chao Isabelle, gracias por entender. Tú también Matt- nos agradece, Matt toma mi mano, me saca de ahí, toma un taxi y me da un dulce –Pareces consternada- Se ríe y apoya la cabeza en su mano – ¡Claro que sí! No puedo imaginar el sufrimiento de Melany- Suspiro un poco dolida -¿Sufrimiento? Ella sabe a lo que se atiene, no es tonta- Por primera vez escucho hablar tan fríamente a Matt y sin una sonrisa en su rostro, parece que el tema le afecta mucho y quisiera saber por qué –Es que cuando alguien está enamorado no piensa bien- Le respondo con un argumento algo flojo y el me mira crudamente –Que excusa más patética, eso no es suficiente para destruir un hogar. ¿Le perdonarías eso a una mujer que rompa con tu familia?- Me mira penetrantemente y me siento pequeña –Lo siento, no sé qué decir en estos momentos Matt- Escondo mi mirada disimuladamente como un perrito regañado, Matt suspira y se apodera del taxi un incómodo silencio hasta que Matt coloca su mano suavemente en mi cabeza como si acariciara a un perro –Pareces un perrito regañado, ahora te diré Luna- se ríe y yo sonrió al verlo feliz de nuevo –¡No me dirás Luna! No soy un perro- Le reclamo y lo miro fijamente –Entonces por tu piel tan pálida te diré Drácula- Digo y comienzo a reír, él sonríe –Ya llegamos- El taxista rompe el momento de risas y Matt paga el taxi, nos bajamos y me acompaña hasta mi casa que queda justo al lado de la de él –Nos vemos mañana, Drácuula- Sonrio y me giro para entrar a mi casa –No vayas a chupar sangre en las noches- Saco las llaves y abro mi puerta –Esta bien Luna, tu no vayas a orinarte donde no debes- Sonríe con malicia –O me tocara venir a adiestrarte- Me guiña un ojo y se va hacia su casa, lógicamente estoy que ardo por mis mejillas, entro a mi casa rápidamente, doy un saludo grande y subo a mi habitación.

miércoles, 13 de mayo de 2015

IV. Biblioteca

IV. Biblioteca.

El sol se filtra por la ventana y va directo a mis ojos avisándome que es un nuevo día y tengo que levantarme – ¡Se me olvido arreglar todo lo de hoy!- Digo levantándome de un solo salto –Esto es culpa de Cristopher- Sonrío y abro mi armario para sacar un vestido turquesa, una chaqueta de jean y unos tenis, los dejo en mi cama y voy al baño a ducharme mientras escucho Fly me to the moon de Frank Sinatra y empiezo a cantarla pero ahora es diferente, siento que la canción por primera vez puedo cantarla con esa emoción y amor que sentía Sinatra al componerla o eso creo.
-Isabelle Sinatra ¿Podrías apresurarte? El desayuno ya está en la mesa cariño- dice mi madre entre risas –Mommie, Please be true- canto ese pedazo de la canción más fuerte de lo común mientras río y pienso en lo hermoso que es tener una familia, una ducha caliente, un desayuno delicioso y un chico que me guste.
En la mesa, mi padre hace bromas sobre su trabajo, sobre Mommie, sobre mí y sobre todo lo que se le ocurra para alegrarnos la mañana, todos terminamos el desayuno –Gracias mommie- sonreí y luego subí a mi cuarto para cepillar mis dientes.

-Ya me voy, los amo- Salí de la casa sonriendo, me puse un audífono y empecé a cantar, extrañamente veía a todos felices, saque un paquete de chicles, agarre uno y cuando iba meterlo en mi boca, sentí una presencia atrás mía y luego, un susurro –No sabía que las chicas testarudas cantaban tan lindo- reconocí la voz inmediatamente y voltee rápidamente a confirmar mi sospechas –Sí, soy yo- Sonríe y se hace a mi lado –Matt-  dice como si no supiera quién es –Se quién eres ¿Qué haces aquí?- le pregunto extrañada –Bueno, hace poco me entere que una chica se había mudado a la casa de al lado, adivina quién es- me sonríe con cierta picardía –Oh no, soy vecina de un idiota-  digo riéndome un poco –Bueno, porque seas mi vecino no tienes que seguirme-  agrego mirándolo mientras hablo -¿Eres colegiala? Uhhh eso me gusta-  me sonríe y debo admitir que tiene una sonrisa muy cautivadora –No me ignores… Si estoy en el colegio ¿Tu eres profesor o algo así? Tienes cara de viejo- empiezo a reír por lo que dije, él se adelanta y me bloquea el camino quedando al frente mío a poca distancia, me sonrojo y bajo la mirada –Mírame- me dice con autoridad, levanto mi mirada -¿Tengo cara de viejo?- me pregunta con bastante intensidad en su tono de voz sin dejar de mirarme –Era una broma, no te lo tomes tan enserio- le respondo aun sonrojada y doy un paso hacia atrás –Voy a llegar tarde por tu culpa- le digo cambiando drásticamente el tema –Si llego tarde, me pondrán a caminar por todo el colegio o algo así- lo miro de reojo y está riéndose como de costumbre, es lógico que no le interesa que yo llegue tarde –No te preocupes señorita enojo- me dice con ese tono tan fresco como si no estuviera ofendiéndome –¡Taxi!- hace una señal y un taxi se para en frente de nosotros, Matt abre la puerta y con su mano me invita a pasar –Gr.. Gracias- Tartamudeo y sigo al taxi –Por favor al colegio… ¿A qué colegio vas?- Me pregunta mientras abre un paquete de gomitas y se mete una a la boca –Slitford, Colegio Slitford- le digo al taxista, miro a Matt y me ofrece un dulce, lo recibo y lo meto  a mi boca –Gracias- sonrío y lo miro -¿Qué estas estudiando?- le pregunto – Diseño gráfico en la universidad de Cherriest- hizo una pausa -¿Qué piensas estudiar?- me pregunta y mete otro dulce a su boca –Tengo pensado estudiar diseño de modas ¿Qué te parece?- le digo muy emocionada y sin dejarlo responder sigo hablando -¿No es genial? Digo, tener tu propia línea de ropa, tener muchas tiendas ¿Te imaginas? Debe serlo, debe ser genial- termino de hablar y tomo un respiro –Vaya, tus ojos brillan cuando hablas de eso ¿Dejaras que yo haga la imagen de tu tienda?- me pregunta sonriendo –Claro que sí, si no me cobras- le respondo rindo, el ríe también y aun pienso que tiene una sonrisa muy linda  -Llegamos- dice el taxista y el tiempo se me hizo muy corto –Bien, te veo cuando llegues a la casa, vecina- Me dice y sonríe nuevamente –Espero que no- le respondo riendo y me bajo del auto –Que te vaya bien- Murmuro un poco sonrojada y me despido con la mano –Gracias, linda- Me pica el ojo y lo miro frunciendo el ceño para luego voltearme, caminar hasta la entrada e incorporarme en los pasillos aun sonrojada -¿Con quién venias en el taxi?- la voz de Cristopher es dulce y me alegra escucharla –Buenos días, Profesor Dussan ¿Cómo amanece hoy?- Le digo con sarcasmo y riéndome un poco –Estoy bien, un poco resfriado-  Me mira y sonríe –Creo que eso me pasa por quedarme hasta tan tarde en la noche haciendo cosas raras- Me detengo de un solo golpe, abro los ojos totalmente sonrojada y lo miro -¿Si? Pues yo no hice nada importante anoche- Le digo mientras sigo caminando y veo que la puerta de mi salón está abierta – ¿Nada importante? Entonces no quiero imaginar que es importante para ti- Dice con un tono lleno de picardía que me hace cerrar los ojos y recordar ese momento -¿Qué es importante para ti?- le pregunto y abro mis ojos para no tropezar con nadie –Nada en especial- responde en seco y vuelve a abrir su boca –Entra a clases, nos vemos después- me ordena totalmente frio, como si hubiera cambiado de persona sin darme cuenta.

Las tres primeras clases pasan muy rápido y viene mi clase favorita aparte de Español por supuesto, Ingles –Buenos días, todos saquen sus libros y hagan grupos de cuatro personas, rápido- Ordena la profesora y me hace poner nerviosa, no quiero pasar la pena de quedar sola o peor… trabajar con la profesora. Todos comienzan a agruparse y yo, yo simplemente me quedo quieta y pienso que hacer –Oye, Isabelle ¿Quieres hacerte con nosotras?- Me dice una de las chicas que más resalta en clase –Cla- Claro- Respondo y llevo mi mesa hacia ella –Soy Kim Gilhert, tengo 16 años- Se presenta y empieza a hablar como si fuese un juguete al que le di cuerda, las otras chicas le siguen el paso y parecen olvidarse de mi hasta que Kim se queda callada y me mira -¿Qué hay de ti?- Me pregunta con curiosidad en sus ojos -¿De mí?- La miro algo confundida –Si, tus gustos ¿Tienes novio? ¿Cantas? ¿Dibujas?- Me bombardea con preguntas –Oh, me gusta la ropa, me encanta ir de compras, leer, salir a caminar, también me gusta patinar, conducir y escribir- Tomo un respiro y sigo hablando –No canto y tampoco dibujo, no se me da bien- Sonrío y espero a que vuelvan a hablar –¿Te gustaría ir a comer a Hamilwer Food? Las tres iremos con compañía ¿Sabes a lo que me refiero?- Me guiña el ojo y acabo de captar el mensaje pero yo no tengo a nadie a quien llevar y se los iba a decir pero no puedo cometer este homicidio social, son las primeras que me hablan –Me parece perfecto- Les digo muy confiada y suena el timbre que anuncia el descanso de 45 minutos -¿Dónde vas a comer Isa?- Me pregunta Kim –Oh yo tengo que ir a ver al profesor de sociales, prometió darme apuntes para adelantarme –¿Te acompañamos?- Me dice y yo solo pienso “diablos” –No, está bien… Las alcanzare cuando termine- Agarro mi moral y salgo corriendo del sitio y me siento en la primera banca que veo, reviso mi bolso para sacar mi celular pero no está -¿Pero qué?- Suspiro y empiezo a revisar todos mis bolsillos -¿Se te perdió algo Bellie?- Dice Cristopher apareciendo de la nada –No encuentro mi celular- Le respondo preocupada porque mis padres acababan de comprarlo -¿Te presto el mío para que llames?- Me mira sonriendo y pasándome su celular –Gracias Cris- Le recibo el celular y marco -¿Hola?- Me responden y su voz se me hace familiar –¿Por qué tienes mi celular?- Le pregunto algo desconcertada –Soy Matt- si no me lo dice no me doy cuenta –Claro que se quién eres, tonto- Le refunfuño por el teléfono –Lo llevare a tu colegio, entrare a parcial. Nos vemos luego Testaruda- Dice y cuelga el teléfono -¿Quién lo tiene?- Me pregunta Cristopher –Un amigo- Le regreso el teléfono -¿Un amigo? Ayer tenías tu teléfono en la noche, eso quiere decir que tuvo que ser en la madrugada con quien viniste en el taxi ¿No es así?- Toma un respiro –Y tú no tienes amigos aquí ¿Me equivoco?- Me mira levantando una ceja –Es mi vecino, me hizo atrasar así que me pago el taxi y mi teléfono se quedó ahí- Le respondo algo confundida y suena el timbre para volver a clases –Nos vemos en el salón- Me dice en forma cruda y se va –Ok…- Murmuro, tomo mi bolso y voy hasta el salón, el empieza a dar la clase pero yo estoy absorta en mis pensamientos sin dejar de mirarlo ¿Cómo puede alguien ser tan lindo? – ¿Quién es el encargado de Literatura?- Pregunta el y los mira a todos –Yo propongo que sea Isa, ella lee bastante ¿No?- Escucho mi nombre y abro los ojos –Perfecto, entonces Isabelle, acompáñame a traer los libros que necesito- Miro confundida a todos –Pero- Reprocho y luego pienso que es una gran oportunidad para estar con él –Sí, claro- Respondo inmediatamente y me levanto de mi silla hasta llegar a la puerta caminando detrás de él, a metros se puede ver su indiferencia, como si me odiara o algo así.

Entramos a la biblioteca y una señora de unos 59 años nos atiende –Cristopher ¿Necesitas algún libro en especial?- Pregunta simpáticamente –Si, creo saber dónde está así que lo buscare yo ¿De acuerdo?- Responde con la misma amabilidad y me hace una señal con la mano para que camine, llegamos al pasillo de Literatura Universal el cual no tiene ni una sola alma en busca de algún libro –Pocas veces alguien se interesa por uno de estos libros, nosotros llevaremos 10 de estos- Me dice con su tono distante –De acuerdo, yo los llevo- Le digo con un tono suave -¿Estás enojado?- le pregunto mientras agarro unos cuantos libros -¿Te parece?- Responde inmediatamente –Estas raro desde que hable con mi vecino- Me mira abriendo los ojos y levantando una ceja –Tal vez deba recordarte que no debes entrar con un desconocido a un taxi- Agrega mientras deja dos libros en la estantería -¿Te preocupa?- Eso es muy tierno- Respondo un poco sonrojada –Aun así- vuelve a hablar y se acerca a mí, toma mi mano izquierda haciendo que se caigan los libros, la lleva abajo y la sostiene, me mira intensamente, toma mi mano derecha y la lleva arriba, me obliga con sus pies a retroceder hasta que mi espalda toca la estantería -¿Qué haces?- le pregunto con un pequeño jadeo y mis mejillas ardiendo -¿No lo ves?- Me responde con una sonrisa sínica y me besa, cierro los ojos, su lengua juega con la mía, su mano derecha suelta mi mano izquierda y agarra mi cintura fuertemente, mi mente empieza a nublarse, siento como mis mejillas dejan de arder pero mi cuerpo si lo hace, su mano izquierda se dirige hacia mi cabello y lo enreda en sus largos dedos, oh Dios nunca había estado tan exaltada en mi vida, es como si lo hubiera deseado desde que nací.

Caminamos por los pasillos como si nada hubiera pasado pero yo sigo pensando en él y no puedo pensar en otra cosa –Siempre me han gustado las bibliotecas- Dice y luego entra al salón de clases, definitivamente no puedo seguir su ritmo.

Off// Siento mucho la demora.

viernes, 13 de marzo de 2015

III. Café Bulls

III. Café Bulls

-Crist- Me giro rápidamente pero no era el, era un chico de unos 18 ¿Tal vez? -¿Esperas a alguien?-  Me pregunta con alas de conquistador –No te interesa- Respondí con enojo porque Cristopher no estaba aquí pero yo era la culpable de eso y ahora nunca sabré si el vino o no –Cálmate un poco, ni que fueras tan linda como para darte el lujo de ser grosera- Responde de una manera muy casual, cosa que hace que me enoje mucho más y responda de manera más grosera –Ah entonces te crees muy guapo como para hablarle a una chica que seguramente está esperando a alguien mucho más lindo y educado que tu- Digo con bastante enojo, el sonrie levemente y se rie –Eres muy malhumorada, con razón te dejaron plantada- Se sigue riendo y me mira, es muy simpático pero grosero y yo estoy siguiendo su juego y sin darme cuenta había tenido valor para responderle y decirle todas esas cosas, me sonrojo levemente por la tensión del momento y suspiro con algo de tristeza –Soy Matt Haizer- Oh el chico malo se presentó, cosa que no me interesa, se queda quieto y me mira –No te diré mi nombre- Respondo enojada –Okay, okay te llamare “La señorita enojada”- Sonrie picaramente y pide dos limonadas –Soy Isabelle y no quiero limonada- Lo miro y el vuelve a reír –No es para ti Isabelle. Ah por cierto, lindo nombre- Me sonrojo inmediatamente por pensar que la limonada era para mi, bajo mi cabeza para evitar que el vea mi sonrojo pero el con su dedo índice levanta mi cara desde la barbilla –Así que una malhumorada también puede ser linda eh- Murmura suavemente, esta tan cerca de mí que no puedo evitar sonrojarme aún más, abro la boca para responderle pero algo lo impide, ese algo ocasiona un gran frio en mi cuerpo, un brazo sobre mi hombro como abrazándome y al instante escucho una voz demasiado familiar –¿Me voy por unos minutos y un muchacho con hormonas alborotadas intenta ligar contigo?- Era Cristopher, no lo podía creer, estoy tan feliz de que este aquí –Ella sabe que es linda, no necesita que se lo digas ni tampoco que le des una limonada, no le gustan- Dice Cristopher con enojo, y autoridad, me siento tan bien que no puedo evitar una sonrisa en mi rostro –Relájate, solo charlábamos- Matt responde, me pica el ojo y toma un poco de limonada, Cristopher lo fulmina con la mirada y agarra mi mano –Vamos, Bellie- Me hace levantar del taburete para caminar a su lado -¿Qué hacías con ese tipo?- Se detiene en una mesa, me señala una silla con la mano y me siento enseguida, lo miro como si fuera mi padre cuando está enojado e intento buscar compasión en sus ojos, él se sienta y me sigue mirando –No repetiré la pregunta- Dice con frialdad –Yo te estaba esperando y pensé que no habías llegado- Tome una pausa –Y ese chico se acercó pero en realidad tengo una muy mala impresión de el-  Recordé malhumorada lo mal que se había comportado conmigo –¡Ya veo! Entonces no importa, me alegra que estés aquí, pensé que no ibas a llegar- Dice con una gran sonrisa y un brillo en sus grandes ojos miel  -Yo pensé que no habías venido o que ya te habías ido por lo que dijiste en clases- Murmure –Pero luego analice las palabras finales y tome un taxi, no me dijiste que habían dos Café Bulls entonces primero fui a uno y luego llegue aquí enton- Me interrumpe colocando su dedo índice en mis labios, enseguida me sonrojo y lo miro sorprendida –Lo importante es que estas aquí- Me dice sonriendo y mirándome fijamente, retira su dedo índice suavemente como acariciando mis labios y luego se incorpora en su silla  –¿Estas confundida?- Lo miro –No- le digo a secas, volteo a mirar hacia la puerta -¿Por qué viniste Cris?- Regreso mi mirada hacia el buscando una solución –¿Ah? No teníamos un compromiso, esto es una cita ¿No?- Me dice tan normal como si no hubiera pasado lo del colegio –Bellie, olvida el tema del colegio, solo por hoy…- Bajo su cabeza –Solo por hoy tengamos una cita normal, ven- Toma mi mano y me lleva hacia la puerta –Apuesto a que te gustan las maquinitas eh- Me lo dice con una gran sonrisa ¿Cómo voy a negarme? –Podrían gustarme si me enseñas-  le respondo sonriendo –Muchas cosas te gustaran cuando te enseñe a hacerlas- me guiña un ojo y sigue caminando hasta agarrar un taxi, lógicamente estoy muy sonrojada.

Llegamos al sitio “Fun&Happy”, según lo que Cristopher me explico, el sitio era un restaurante discreto con unas máquinas para ganar fichas y esas cosas, entramos al lugar, pensé que sería algo muy tonto pero no vi ni a un solo niño, todos tenían aproximadamente 18 a 28 creo, el sitio era muy cómodo, habían muchas parejas y mi felicidad no podía ocultarse.


Estuvimos hasta las 21:00 en aquel lugar, luego tomamos un taxi para ir a mi casa -¿Te divertiste?- Me pregunta sonriendo –Claro que sí. Gracias por el peluche, es muy lindo- Respondí con un tono suave en mi voz, bajamos del taxi y nos sentamos en el parque cerca de mi casa –No quiero dejar de verte- le digo sonrojada y mirando el suelo –Es lo mejor Isabelle, no quiero ocasionar daños en tu vida escolar- dice con un aire de relajación –Eso no es lo que te importa, nunca saldrías conmigo- Tomo un respiro y me levanto bruscamente –Apuesto que tienes miles de chicas detrás de ti, solo quieres pasar el rato y burlarte de alguien como yo- le lanzo el oso de peluche en la cara –No quiero que vuelvas aquí, ni que vuelvas a hablarme- le digo muy enojada –Soy tu profesor, es inevitable que no vaya a hablarte- Se ríe un poco, agarra el peluche, se levanta y se me acerca –No debes levantarle la voz a tu profesor ¿Sabes?- Me dice con bastante propiedad, doy un paso hacia atrás y quito mi mirada de el –No estamos en el colegio- Murmuro despacio como si no quisiera que él me escuchara –Eso claramente es una falta de respeto Srta Durier, y no me gusta que me falten el respeto- dice mientras se acerca lo suficiente como para sentir su respiración en mi –No me importa. Aléjate- murmuro en voz baja –Dices que me aleje pero tú puedes hacerlo sola-  me susurra en el oído, intento dar un paso hacia atrás pero su mano derecha en mi espalda me lo impide –Oh no, ya no puedes- sonríe cínicamente -Resulta que cuando los estudiantes nos portábamos mal, los profesores nos castigaban- me dice en el oído de nuevo. Intento liberarme pero mi cuerpo no quiere, mi mente desea que este en mi casa, leyendo, tomando algo caliente y preparándome para dormir, pero mi cuerpo lo quiere tener cerca, quiere sentir su respiración, sus manos rodeando mi cintura de la manera tan brusca como lo está haciendo ahora. Hago pequeños movimientos para pretender que quiero irme pero su mano en la parte más baja de mi espalda me lo impide, sus ojos penetran infinitamente los míos y su otra mano sostiene delicadamente mi barbilla –Isabelle Durier- Rompe el silencio y hace que mi respiración se agite –Nos arrepentiremos de esto- termina de hablar y me acerca más hacia el con su mano derecha –No debes hacer nada de lo que te arrepentirás- Respondo entre algún que otro jadeo –Eso sería aburrido- dice mientras me aprieta con fuerza la espalda y cambia de posición su mano izquierda, ahora está en mi cabeza –Cristopher…- susurro y él acerca sus labios a los míos ¿Tierno? ¿Sencillo? ¿Infantil? NO, al tocar sus labios los míos, con su lengua abre hábilmente mis labios y la introduce con movimientos sensacionales, siento que me desea, la manera de mover su mano izquierda en mi cabeza me desespera, su mano derecha atrayéndome hacia el me enloquece y su lengua jugando con la mía me hace desearlo, sus dientes mordiendo mis labios me entregan a él y pronto me doy cuenta de que estoy correspondiendo quizá el mejor beso que me han dado. 

-Te veré mañana, Bellie- dice con su tono sereno de siempre –Chao- respondo con mucha vergüenza mientras veo su silueta irse y reviso mi celular que ha estado en silencio todo este tiempo, 15 llamadas perdidas de mi mamá y otras 20 de mi papá ah y un mensaje nuevo, abro el mensaje y me sonrojo “Me gusta hacer cosas de las cuales después me arrepiento”, alzo la mirada y sigo viendo su silueta, se voltea, me guiña un ojo y agarra un taxi ¿Quién se cree que es? Mañana ni lo determinare.

Entro a la casa y enciendo la luz, mi madre baja por las escaleras rápidamente y me abraza –Pensé que te había ocurrido algo- dice preocupada -¿Dónde estabas Isabelle Durier?- grita mi padre con mucho enojo –Pa, yo me encontré con una amiga que también se mudó ¿La recuerdan?- Respondo con mucho miedo, no era mi costumbre mentirle a mis padres  -¿Y esa es razón para que no contestes tu celular?- Sigue muy enfadado –Esta sin batería, perdón por no haber avisado- digo agachando mi cabeza –Isabelle, que no vuelva a ocurrir o te castigare- concluye la conversación y se sube dando pasos fuertes, miro a mamá –Lo siento- me mira con compasión y sonríe –Deberías invitarla a casa, es Katherine ¿Verdad?- Me pregunta –Si, es ella, la traeré la próxima semana, debo dormir, tengo mucho sueño. Te amo- le doy un beso en la frente y subo a mi habitación -¿Qué hice?- me pregunto una y otra vez –Debo llamar a Katherine- Murmuro mientras recuerdo el beso de Cristopher y su mensaje de texto –Lo responderé- digo sonriendo y escribo en mi celular.

“A mí me gustaría arrepentirme de algunas cosas si es contigo” . 

viernes, 6 de marzo de 2015

¿Reglas o Compromiso?

    II. ¿Reglas o Compromiso?

Nuevo colegio, nueva casa… Esas dos palabras resonaban en mi mente y no podía evitar sentirme nostálgica por haber dejado todo atrás, este colegio era mucho más grande que el otro y al caminar por los pasillos me sentía perdida pero menos mal ya había llegado a mi destino, abrí la puerta del salón, todos miraron hacia mí y lógicamente me sonroje, muchos ya estaban en grupos, supongo que entrar cuatro meses después de haber iniciado clases no es buena idea.
El profesor encargado me pidió que pasara y me ubicara al frente del pizarrón mirando a mis compañeros y me presentara –Eh… Claro- Me apresure a hacerlo y torpemente llegue a la mitad del pizarrón y empecé a temblar un poco –Bueno… este… Mi nombre es Isabelle Diurer- Mire al profesor y me hizo una seña de que continuara ¡¿Qué?! ¿Qué más tengo que decir? Pensé mientras agitaba mi cabello -Tengo –16 años y me gusta leer- Volví a mirar al profesor y me sonrió –Siéntate en el puesto K-10 Isabela- Suspire y mire los puestos ¿Tienen números? –Esto es muy grande- Diablos, lo dije en voz alta –Ehh…- Algunos se rieron y otros murmuraban cosas hasta que el profesor intervino –Se me olvidaba comentarles que la Srta Isabela – Lo interrumpí –Isabelle- Me miro – Disculpe, la señorita Isabelle es transferida, ella vivía en un pueblo cercano el cual no recuerdo el nombre así que por favor recíbanla con mucho respeto- Termino de hablar y yo suspire de nuevo –Tu asiento es el último, está al lado de la ventana, por favor no te distraigas con ella- Lo mire –Seguro- Respondí con algo de ironía, camine hasta mi silla, me senté y enseguida vino a mi esa cara sonriente de Cristopher la cual me hacía sonrojarme demasiado, tape mi cara y sonó un timbre –Bien, se acabó la primera hora. Recuerden que la entrega del trabajo es para 15 días- Un escalofrió entro en mi cuerpo y levante la mirada al escuchar una voz conocida –Hola chicos, espero que hayan hecho su tarea eh- Era el, Cristopher era mi profesor, hace unas horas lo considere un coqueteo y ahora es mi profesor, eso  solo podría pasarme a mi ¿No hay forma de que esto cambie? –Espero que hayan recibido con muchos ánimos a su nueva compañera, Bellie- Me sonroje inmediatamente ¿Cómo era posible que me llamara por ese diminutivo? –Gra-Gracias- Murmure –Bien muchachos, empecemos las clases- Dijo con un tono relajado, sus clases eran sobre ¿Literatura? Oh es profesor de literatura y casualmente esa materia me encantaba, cuando cruzábamos miradas era totalmente frio y me asustaba pensar que nunca más íbamos a hablar así que reuní todo el valor del mundo y levante mi mano –Adelante, Isabelle- Me congele por un momento y luego torpemente moví mis dedos para luego tragar saliva y sentirme segura conmigo misma -¿Qué tan importante era para el autor respetar las reglas establecidas por el gremio en el que estaba?- Volví a tomar aire y continúe –Los que conocemos sobre Albert. E. Soutchel sabemos que su gremio le impedía que el escribiera sobre el amor porque en esa época, se necesitaban más autores dedicados a la historia que se apegaran a hechos reales- Mire de reojo a mi compañero de al lado y luego a Cristopher –Aun así él amaba el romance y le había prometido a su madre antes de morir que iba a cumplir su sueño de escribir un libro de este género-  Cristopher me miro sombríamente y me interrumpió –Bien ha dicho, señorita Isabelle- Limpió su garganta y continuo –Las reglas chicos, son lo más importante en una sociedad, sin ellas no habría orden y desde mi punto de vista, no se deben incumplir por ninguna razón- Concluyó y yo me senté totalmente decepcionada ¿De dónde saque la valentía para preguntarle eso? ¿Acaso habrá entendido el doble sentido de mi pregunta y por eso respondió de manera tan fría? No sé por qué creí que él iba a corresponder de alguna manera a mis tontos juegos de adolescencia.
Las clases pasaron lentamente, cada una era muy aburridora y no podía dejar de pensar en lo que había pasado hace poco con Cristopher. La alarma de salida sonó y todos salieron como vacas siendo liberadas de un corral. Camine hacia la puerta para salir del salón y seguir caminando hasta salir del colegio –Que fallo- Dije mientras suspiraba y me sentía mal por lo que había dicho -¿Fallo? ¿Paso algo en el salón? ¿Te están molestando?- Escuche la voz de Cristopher detrás mío –Hola Bellie- Dijo con su tono de niño alegre –Hola, Profesor- Respondí secamente –No ha ocurrido nada, gracias por preocuparse- Estaba enojada y se podía notar por mi voz ¿La razón? No lo sé, me ofendía que hubiera tenido una actitud tan fría en clase, seguí caminando –Hasta luego, profesor- Me despedí y seguí caminando hasta que un fuerte jalón de brazo me obligo a detenerme –No seas grosera con tu profesor- Sus palabras parecían balas, directo al corazón y tan imponentes, algo que no me imagine que podría salir de el -¿Qué necesitas?- Le dije sin voltear a verlo –Las reglas para Albert E. Soutchel eran importantes- Mencionó con cierta picardía al final ¿Se burlaba de mí? –Lo sé, me lo dejo claro en clases, profesor- Respondí con enojo –Déjame terminar mocosa- Se rio un poco y yo me sulfure más de lo que estaba –Las reglas para el eran importantes pero los compromisos aún más, cuando decía algo, era muy importante para el cumplirlo – Terminó de hablar y me soltó el brazo ¿Qué quiere decir con eso? -¿Lecciones extras? No las necesito- Voltee a mirarlo con un leve sonrojo y el correspondió mi mirada –Si las necesitas, más si yo te las doy- Me miro y guiño su ojo -Debes aprender más de lo que piensas que sabes-  ME sonroje inmediatamente –Nos vemos pronto Bellie- Termino de hablar y de una manera relajada fue desapareciendo de mi vista -¿Qué acaba de pasar?- Murmure suavemente y al salir me di cuenta de que estaba mi padre afuera en su carro.
-¡Papi!- Grite de emoción, él se bajó del auto y me dio un gran abrazo –Aproveche para recogerte Isa ¿Qué tal tu día?- Me pregunto y abrió la puerta del auto –Adelante, señorita- Sonrió, él siempre jugaba a que era mi caballero o príncipe azul –Gracias Papi- Me subí y el cerro la puerta para luego subirse al otro lado, abrochar su cinturón y mirarme –Me fue bien,  no hable con nadie pero me siento bien ¿Y a ti?- Empezó a conducir –Muy bien hija, la gente es amable y al parecer respetan mucho a sus superiores- Sonrió y seguimos hablando mientras yo miraba a través de la ventana viendo todos esos edificios gigantes y tanta gente caminando por ahí, en ocasiones perdía el hilo de la conversación de lo impactada que estaba.
Llegamos a casa y enseguida fui a saludar a Mummie –Hola amor ¿Qué tal las clases?- Me dijo con una sonrisa –Muy bien ¿Qué hay de comer?- Le pregunte ansiosa –Bueno, hoy hice el plato favorito de todos- Sonrió – ¿Arroz con pollo?- Dijo mi padre ilusionado – ¿Salmón asado?- Dije al mismo tiempo igual de ilusionada –Ah… No, hice Camarones al horno- Respondió mi madre desilusionada –También nos gusta, amo los camarones- dije sonriendo. Empezamos a almorzar y pronto se acercaba la hora de la cita al Café Bulls, por supuesto ninguno de los dos iba a ir. Deje las cosas en el lavaplatos y subí a mi cuarto. Pasaban las horas, ya eran las cuatro y repasaba en mi mente todo lo que había sucedido hoy… ¿Qué quiso decir con lo último?... Me empecé a mover en la cama y a pensar en él, no podía enamorarme tan fácil de alguien, va en contra de toda ley, la pregunta que debía resolver era “¿Quiero enamorarme de él?” Me sonroje al tan solo pensar en eso y de la nada unas palabras resonaron en mi “Las reglas para el eran importantes pero los compromisos aún más, cuando decía algo, era muy importante para el cumplirlo” –Él debe estar ahí- Dije preocupada  y me levante de un solo golpe, me arregle un poco el cabello y baje las escaleras corriendo –Mami, papi- Grite mientras me colocaba los zapatos –Voy a la biblioteca por un libro, me demoro un poco- Mentí sin un poco de remordimiento, ya eran las 5:30, era más de una hora de retraso, nunca sabré sí estuvo ahí o no –Taxii- Saque mi mano y me subí en el carro –Por favor al Café Bulls lo más rápido que pueda- Me miro -¿Cuál sede?- Me preguntó y de hecho yo también me pregunté eso ¿Cómo era posible que no me hubiera dicho cuál? –Lléveme al más cercano por favor –Claro- Me respondió, quede bastante desanimada y en un par de minutos llegamos, Salí del auto sin pagar y mire por el vidrio del Café –No esta…- Busque por todo el lugar y no estaba –Señorita se le olvido pagar- Escuche al sr –Disculpe ¿Cuánto es?- Le pase el dinero y suspire, que tonta había sido al creer que él estaba ahí, me senté a fuera del café -Tal vez este en el otro café señorita- Me dijo el taxista que seguía ahí cuando me senté decepcionada -¿Usted cree?- Lo mire –Esta bien ¿Podría llevarme hasta el otro Bulls?- Me subí al Taxi y automáticamente pensé en llamarlo pero no quería hacerlo.

-Llegamos- Dijo el taxista, el camino había sido largo, le pague y en el fondo sabía que él no iba a estar ahí. Entre en el Café suspirando y no vi a nadie –Bueno, ya que estoy aquí tomare algo aunque sea- Murmure –Era lógico que él no iba a estar- Dije suspirando -¿Quién?- Dijo una voz varonil que sonaba como la de un niño… No puede ser. 

lunes, 2 de marzo de 2015

Primer Capitulo' ¿Acaso te gusta Caminar?.

Tal vez no sea preciso describir el por qué sus ojos controlan mi vida, el por qué su ausencia duele tanto, por qué el, la persona que tanto amo es la misma que me hace tanto daño, por qué su actitud inmadura, caprichosa, engreída y vanidosa me envuelven y estremecen cada vez que lo veo. Tal vez sea claro mencionarles antes de que continúen que aún lo amo con locura desenfrenada aunque sus noches le pertenezcan a otra.

                                                        I. ¿ACASO TE GUSTA CAMINAR?
El ruidoso despertador  que superficialmente marcaba las 6am también me recordaba que habían acabado las vacaciones y que hoy, debía afrontar ese gran cambio en mi vida el cual había sido producto de una decisión absoluta de mi padre y por eso estoy aquí, lejos de la casa en donde crecí, del colegio donde estudie desde que tengo memoria y por supuesto de todos mis amigos. Entiendo la situación de mi padre, tenía que mudarse a la ciudad principal para poder recibir un cargo importante en la empresa donde trabaja y por supuesto no quería dejar a su familia abandonada, creo que es por el hecho de que mamá es hermosa y agradable de tratar, papá es muy inseguro y siempre piensa que mamá lo va a dejar, aun así pienso que son una pareja muy estable, les tengo envidia.
-Hija, deberías levantarte, buenos días- Escuche la puerta abrirse y en ella reflejarse el rostro tranquilizante de mi mamá esperando una respuesta favorable de mi parte y de hecho, eso iba a obtener, me levante estirando mis brazos y abrace a mi madre –Buen día Mummie- Le dije brindándole un beso en la mejilla, Mummie es el apodo que le tengo a mi madre –El desayuno está listo, toma una ducha y baja para compartir en la mesa- Con una sonrisa cerró la puerta de mi habitación y se marchó a la cocina. Si quería desayunar con ellos, debía alistarme en menos de 20 minutos así que me bañe y tome la ropa que cuidadosamente había seleccionado la noche anterior, una falda negra de talle alto con una camisa blanca metida cuidadosamente dentro de la falda, unas botas negras pequeñas de gamuza y un collar negro de piedras grandes. (Debo recalcar mi encanto por vestirme bien)
Al entrar en la sala, vi como Mummie le daba con su mano izquierda un masaje en el cuello a mi padre mientras lo animaba -Tranquilo querido, de seguro le simpatizaras a todos tus empleados- lo dijo con ese suave tono de voz que tanto me había ayudado en mi vida –No lo sé amor, es algo nuevo y lo sabes- Suspiro mi padre –Tú haces todo bien querido, eso, junto a una gran lista es lo que amo de ti- Respondió mi madre. –Bien, bien, antes de que sigan con su cariño desbordante quisiera desayunar- Dije en forma de broma, me encantaba oírlos hablar así –Buenos días, hija ¿Preparada para tu primer día de clase?- Pregunto mi padre –Estoy tan preparada psicológicamente como tú lo estas-   Respondí con una sonrisa para luego meter un trozo de waffle en mi boca –Entonces te ira muy bien- Agrego riéndose levemente y el silencio se apodero de la mesa mientras todos terminábamos de desayunar –Gracias, estaba todo muy bueno Mummie-  Ella sonrío y me advirtió sobre cepillar mis dientes, lo hice y sin darme cuenta ya estaba despidiéndome y caminando en la acera.


Conecte mis Headphones a mi celular y empecé a escuchar una canción que me traía bonitos recuerdos “Memories- Panic At the Disco”, tatareaba la canción ya que no me la sabía muy bien. No podía distraerme ya que el camino para ir al colegio era complicado. Quería comprar algunos chicles para hacer la estadía un poco más agradable, entre a la tienda y pedí una caja de chicles mora azul, que son muy populares y por ese motivo el señor tenía que rebuscar en sus cajas. A lo lejos podía escuchar una conversación telefónica, un chico con una voz muy linda, pero sonaba enfadado y a momentos subía la voz reprochando que hoy no tenía que ir a trabajar, voltee a verlo disimuladamente e inmediatamente me sonroje al verlo, era un chico apuesto, alto, delgado, cabello negro, desordenado, piel blanca y la forma de vestir era algo que simplemente me encantaba. En mi mente pensé que se veía muy joven para estar trabajando, tal vez estaba en la universidad y trabajaba al mismo tiempo o tal vez ya se había graduado y era una de esas personas que se veian mucho mas jóvenes de lo que eran, de la nada se acerco y rápidamente me gire hacia el Señor que ya tenia mi caja de chicles –Loberto ¿Me vendes una caja de chicles mora azul? – Pregunto el apuesto chico al señor que riéndose lo miro con pesar –Acabo de venderle a esta linda señorita el ultimo que tenia, disculpa Cris- El chico suspiro y puso su mano en la cabeza –No importa Loberto, supongo que puedo comer otros ya que me acaban de robar los mios-  Dijo riendo mientras señalaba los chicles que yo tenia en la mano, al instante me sonroje y lo mire –Puedes quedártelos, solo los escogí por descarte, no son mis favoritos- Mentí y los deje en la vitrina -¿Hablas enserio? En verdad te lo agradezco, no sabes como me encantan estos- Tomo los chicles con una sonrisa que parecía la de un niño cuando recibía su regalo de navidad o cumpleaños y los puso en su bolsillo –Soy Cristopher Dussan- Comento mirándome fijamente –Ah, yo soy Isabelle Durier, un gusto- Respondi abruptamente –Quisiera recompensarte esto, ahorita no puedo pero quizá en la tarde tenga algo de tiempo ¿Quisieras ir a tomar algo conmigo?- En mi mente no podía creer lo que estaba pasando, el chico apuesto estaba pidiéndome ¿Una cita?, no podía dejar de pensar en lo feliz que me hacia esto –Si quieres me puedes dejar tu teléfono y te doy la razón mas tarde, aunque si me gustaría- Ni yo podía creer lo que había dicho, el sonrio y me pidió mi ceular para luego darme el de el, se agrego y se tomo una foto para archivarla en el contacto  -¿Podrias hacer lo mismo?- Se rio –Ah claro, disculpa- Torpemente tome una foto y guarde mi numero -¿Por donde tienes que ir?- Me pregunto –Hacia la cuarta con norte- Le respondi tratando de recordar el camino –Podemos ir juntos, también voy por esos lados- Sonrei ampliamente y asentí con una emoción disimulada.

-Bien, Belli ¿Cuántos años tienes?- La pregunta me sorprendió y la forma en la que había abreviado mi nombre me sorprendía aun mas –Tengo 16 años, cumpliré los 17 el próximo mes y tu?- Suspiro y rio un poco, dentro de mi quería saber por qué se había reido aunque ya tuviera esa respuesta –Tengo 21 años y cumplo los 22 en Agosto- Respondió con un tono de voz muy gracioso. Durante 20 minutos estuvimos hablando de varias cosas, teníamos pocas cosas en común pero las que teníamos en común eran aquellas que gozábamos con el corazón, nos reíamos, nos elogiábamos mutuamente y contábamos chistes que eran muy malos pero me sentía realmente comoda. –Me gustaría conocerte un poco mas, en verdad espero que podamos salir esta tarde ¿Qué te parece si nos vemos en Café Bulls a las 4 de la tarde?- Asentí inmediatamente –Me encantaría, estaré ahí puntualmente- Los dos sonreímos y seguimos hablando cómodamente hasta que los dos llegamos a nuestro destino –Bueno Cris, yo me quedo aquí- Señale el colegio y cuando iba a despedirme note que su cara se tornó sombría –Ya veo, Belli… Mmm yo también me quedo aquí, de hecho trabajo aquí- Esas ultimas palabras enfriaron totalmente mi animo, es como si me hubieran dado un dulce, y al probarlo me lo hubieran quitado sin remordimiento – ¿Eso quiere decir que eres mi profesor?- Rompí el incómodo silencio con una pregunta que ya era obvia pero aun así no quería escucharla –Así es. Supongo que llegaremos tarde si no entramos y cuando los estudiantes llegan tarde, como castigo tienen que caminar durante una hora por todo el colegio- Hizo una pausa que me dolió un poco – ¿Acaso te gusta caminar, Belli?- Termino la frase sonriendo y siguió caminando -¿Qué haces? No te quedes quieta- Dijo riendo mientras avanzaba y yo me adelantaba anonadada por el hecho, pero qué significaba esto, tal vez yo me hice ilusiones apresuradas y pensé en el como una posible pareja sin siquiera conocerlo pero a pesar de esto, un encuentro casual nunca me había hecho tan feliz.

Sinopsis

Hoooolaaaa  a todos aquellos que estan visitando mi Blog, en este espacio quisiera compartirles una de mis grandes aficiones, la cual es la escritura asi que les presento mi libro y su sinopsis:

La vida de Isabelle cambia completamente cuando conoce a Cristopher Dussan, un joven atractivo, interesante y que poco a poco se lleva el corazón de ella y con el tiempo aprenderá que se puede controlar la mente pero nunca el corazón. 

Aun así, los dos tendrán que enfrentar los problemas sociales que conlleva salir con alguien mayor y más si esta persona es su profesor.

Sentimientos encontrados, amor, tristeza, impotencia y muchas cosas mas te harán sentir estas paginas repletas de una historia llena de traición, esfuerzo, orgullo y mucha pasión.